Seguridad en la manipulación de comidas y bebidas en un restaurante

Seguridad en la manipulación de comidas y bebidas en un restaurante

Antes de establecer qué prácticas son correctas y cuáles son inapropiadas durante la manipulación de alimentos y bebidas en un restaurante definamos lo que es una “intoxicación alimentaria”. Es una enfermedad que proviene de comer alimentos sucios, en mal estado o contaminados. Tal infección es transmitida por bacterias, virus o parásitos de alimentos de alto riesgo como la carne cruda o poco cocida. También la comida preparada con las manos sin lavar puede provocar estas enfermedades estomacales.

Una serie de enfermedades o muertes es lo último que un restaurante quiere conseguir, por eso las medidas de seguridad alimentaria en estos establecimientos son cruciales para sus operaciones. Con la debida atención a los detalles y siguiendo los más estrictos protocolos internos, es posible minimizar drásticamente cualquier posibilidad de enfermedades transmitidas por los alimentos en las instalaciones de un restaurante o bar.  Laboratorio Gastronómico aconseja seguir las siguientes reglas de seguridad.

1. Limpiar

Es un componente importante de la seguridad alimentaria. A medida que vamos realizando diversas tareas en la cocina, hay que asegurarse de lavarse las manos entre ellas. El lavado de manos va más allá de un poco de agua; el proceso no debería tomar menos de 20 segundos e involucra agua caliente jabonosa, con jabón antibacterial y un secado completo. En otras palabras, no hay que lavarse las manos como lo hacen los niños, hay que lavarse como un médico que va a la cirugía, pero sin llegar hasta los codos.

El lavado debe realizarse siempre después de: usar el baño, manejar pescado crudo, carne  o aves crudas, tocar basura o platos sucios, tomar un descanso para fumar o usar el teléfono, estornudar, sonarse la nariz o toser, tocar animales, etc. En un restaurante, es esencial que todo esté limpio en todo momento. Cuando llega la hora del almuerzo o la cena, los empleados se mueven rápidamente alrededor de la cocina y los pedidos se completan bajo presión, pero no importa lo ocupado que se esté, la limpieza siempre debe ser una prioridad.

Reglas generales de limpieza en una cocina de restaurante:

  • La comida debe ser limpiada rápidamente. Los platos sucios y los residuos de alimentos nunca deben entrar en contacto con alimentos cocidos recientemente.
  • Limpiar todos los contenedores de basura a lo largo del día, eliminando las partículas de alimentos viejos o el líquido de la acumulación.
  • Lavar la vajilla con frecuencia, asegurándose de que los cuchillos, platos, cubiertos y utensilios de cocina estén siempre limpios y desinfectados.
  • Limpiar los hornos, las estufas, las tapas, las parrillas y las campanas todas las noches.
  • Despejar las áreas de preparación asegurándose de que todo lo que se encuentra en la cocina esté sellado correctamente y libre de residuos.
  • Vaciar y reemplazar las bandejas de preparación todas las noches.

2. Cocinar:

El monitoreo de la temperatura es primordial cuando se cocina. Mientras que algunas carnes, como la de res o el cordero, se pueden servir en algunos caso crudas o semicrudas (según la preparación), otras, como la carne de cerdo o pollo, siempre deben cocinarse completamente. Cuando se cocina en un restaurante se debería usar un termómetro de alimentos para asegurarse de que todos los insumos cumplan con su cocción correspondiente.

3. Enfriar:

No lleva mucho tiempo para que la comida se eche a perder. Unos pocos minutos al aire libre, cerca de la parrilla o en una mesa de preparación puede ser todo el tiempo necesario para convertir un plato que antes era adecuado de consumir en una enfermedad grave transmitida por los alimentos.

En lugar de apostar si un alimento estará bien después de un período indeterminado, acate la regla de las dos horas. En general, los alimentos perecederos o preparados deben dejarse fuera, a temperatura ambiente, por no más de dos horas antes de guardar cualquier resto en el refrigerador. Luego, la comida comienza a direccionarse a la “zona de peligro” de temperaturas que están preparadas para el crecimiento de bacterias dañinas: de 40 a 140 grados Fahrenheit.

Si sospecha que la carne, el pescado, las aves, la ensalada o cualquier otro artículo similar ha estado fuera, a la intemperie más de dos horas, hay que desecharlo de inmediato. La seguridad alimentaria básica debería tener preeminencia sobre el ahorro de unos pocos dólares en el costo de los alimentos.

4. Evitar la Contaminación Cruzada:

Para la seguridad de los alimentos, tanto cocidos como crudos nunca deben almacenarse cerca, incluso en el frigorífico. Las bacterias de los alimentos crudos pueden contaminar fácilmente los alimentos cocidos y, sin los procedimientos adecuados, las bacterias se pueden propagar extremadamente rápidamente.

Cuando almacene alimentos crudos y cocidos en el mismo espacio, designe un área de sus instalaciones de almacenamiento para alimentos crudos y otra para alimentos cocidos, preferiblemente, si es posible, utilice estanterías individuales. Y recuerde siempre mantener los alimentos crudos lo más cerca posible del suelo para evitar que goteen a otros alimentos.

Otra forma de asegurarse de no contaminar la carne cruda con alimentos fríos listos para comer y alimentos calientes es asegurarse de tener diferentes tablas de cortar. Hay que asegurarse de tener tablas de cortar y utensilios separados para los diferentes tipos de alimentos que se necesitan cortar. Los alimentos fríos como las frutas y verduras deben tener su propia tabla de cortar designada, al igual que los productos crudos de carne y aves.

Otras reglas de seguridad alimentaria en el restaurante:

1. Usar los guantes

Los guantes son imprescindibles en la cocina. Durante la hora del almuerzo o la cena, no siempre hay tiempo para lavarse las manos entre el manejo de diferentes utensilios y el tocar diferentes ingredientes, por lo que el uso de guantes desechables puede ahorrar tiempo y garantizar que toda la preparación de alimentos esté a la altura.

Los guantes son especialmente importantes en alimentos que requieren contacto directo, como preparar sándwiches o hacer una ensalada. No están diseñados para proteger las manos del cocinero de los alimentos; están destinados a proteger los alimentos de las manos del que cocina. Hay que recordar que los guantes también pueden contraer gérmenes, así que hay que cambiarlos regularmente, incluso después de tocar cualquier cosa fuera del área de preparación inmediata, y cuando se cambie de tareas en la cocina.

2. Reemplazar las herramientas desechables

Así como los guantes son desechables, las esponjas que se usan para lavar los platos, los manteles para secarlos y los trapos para limpiar las mesas. Este tipo de artículos puede ser un caldo de cultivo para gérmenes y bacterias, lo que hace que sus superficies supuestamente limpias sean mucho más sucias de lo que se cree.

En lugar de reutilizar continuamente los productos desechables o lavables, mantenga el uso al mínimo. Deseche las esponjas cada pocos días, limite los productos de papel a un solo uso y lave los trapos cada día. Estos simples pasos pueden reducir la propagación de gérmenes en su cocina, ayudándole a mantener sus instalaciones lo más limpias posible.

3. Estar pendiente de la salud de los colaboradores

En todas las industrias, ir a trabajar cuando se está enfermo puede ser no tan grave. Sin embargo, quedarse a trabajar en un restaurante o bar cuando se está enfermo es más crítico. Cocineros, camareros, gerentes, cajeros, lavaplatos, entre otros colaboradores enfermos deben mantenerse alejados de la cocina, porque pueden tener una enfermedad contagiosa que pueda causar la propagación de gérmenes.

Por eso los trabajadores del servicio de alimentos nunca deben estar en contacto con alimentos en las siguientes circunstancias:

  • Presencia de diarrea o vómitos.
  • Diagnóstico confirmado de infecciones que pueden transmitirse a través de los alimentos, como E. coli, Hepatitis A, Salmonella o Shigella.
  • Cualquier herida infectada o de cualquier tipo que no pueda ser cubierta.
  • Estornudos continuos, tos o congestión nasal.
  • La gripe, aunque no se sabe si se se puede propagar a través de los alimentos, puede hacerlo rápidamente a través de superficies contaminadas.

4. El comportamiento del empleado importa

En un restaurante, es relativamente fácil ignorar las reglas, especialmente después de un largo día. Los recipientes para los alimentos no siempre se cambian con regularidad, los condimentos frescos se mezclan con los viejos y, ocasionalmente, el cabello cae en un recipiente abierto.

Este tipo de incidentes son, por supuesto, inaceptables. Los pequeños errores son inevitables, pero reforzar los comportamientos de los empleados puede ayudar a evitar la imprudencia o la negligencia:

  • Los cocineros y todo el personal de cocina deben usar redes para el cabello.
  • También se debe cubrir el vello facial como barbas y bigotes.
  • Las uñas deben ser cortas para evitar que los alimentos se atrapen debajo de ellas.
  • Las joyas pueden transportar gérmenes, por lo que el personal debe dejar pulseras, aretes, relojes y collares en casa.

En pocas palabras, un restaurante sucio puede causar muchos problemas, desde una calidad deficiente hasta un mayor riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos. Al adherirse a los procedimientos y normas de seguridad alimentaria el restaurante o bar, es posible que evite problemas antes de que ocurran, así mantendrá a sus comensales saludables y felices, ¡y con ganas de volver!

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Fuente:  https://www.shopkeep.com/blog/food-and-safety-tips#step-1 

¿Cómo hacer un tratamiento responsable de los desechos en una cocina?

¿Cómo hacer un tratamiento responsable de los desechos en una cocina?

Post anterior: Área de lavado: ¿qué exigencias supone esta etapa de la cocina?

Las 7 áreas de la cocina

N°7: Tratamiento de desperdicios

Finalmente llegamos al área que cierra el proceso de trabajo de una cocina profesional. Aquí el restaurante demuestra su consciencia ambiental y cívica, al contribuir con una comunidad más sana y limpia. Alfieri Mannarelli, asesor profesional y gerente de Laboratorio Gastronómico, explica cómo gestionar adecuadamente la etapa final del proceso productivo de un proyecto gastronómico. Conoce a fondo el área de tratamiento de desperdicios.

Clasificación de los residuos

Los desperdicios que se generan a lo largo del proceso de producción de una cocina profesional son variados, el objetivo es que cada uno de los diferentes tipos de residuos se puedan tratar de la forma más rentable y eco amigable posible. De manera general, se pueden clasificar en residuos reciclables y residuos grasos.

Dentro de la categoría reciclable se encuentran algunas categorías ya conocidas: papel, cartón, metal, vidrio y plástico. Asu vez, se puede considerar dentro de esta categoría a los residuos orgánicos pues estos pueden transformarse para servir luego como fertilizante. Actualmente más empresas del sector gastronómico están optando por estos sistemas pues supone un menor impacto ambiental que el tratamiento de desechos tradicional.

Por otro lado están los residuos grasos, generalmente aceite proveniente de freidoras y otros procesos de cocción. Estas sustancias son altamente dañinas para el medio ambiente y no deben ser desechadas a través de la alcantarilla. Actualmente, en Perú el Ministerio del Ambiente e iniciativas privadas ya están promoviendo centros de procesamiento donde el aceite usado es llevado en contenedores y transformado en biodiesel.

Áreas de donde provienen los desechos

Los desechos de la cocina se originan básicamente en tres áreas que hemos visto previamente: almacenamiento, preparación y despacho. A medida que la comida va transformándose, deja envases, restos orgánicos no utilizables, residuos que no son consumidos en su totalidad por los comensales y -algo que se debe evitar- materia prima o preparada en mal estado.

Mientras que en las áreas de preparación y despacho, es inevitable la generación de desperdicios, un mal almacenamiento tanto para productos frescos como secos, es un factor que ocasiona el deterioro de los alimentos, haciéndolos no aptos para el consumo humano. Para mantener un óptimo estándar de seguridad alimentaria y velar por la seguridad de los clientes es necesario descartar estos productos.

En el área de preparación, muchos insumos están contenidos en envases de plástico o cartón; aquí no hay mayores problemas pues la mayoría son reciclables. Sin embargo, cuando se trata de alimentos frescos, siempre hay un porcentaje que no se puede utilizar para los platillos, como la cáscara de algunas frutas o verduras. Estos residuos, también conocidos como merma, si bien siempre se producen, se pueden reducir mediante métodos más eficientes.

Ventajas de los sistemas de trituración

Los trituradores optimizan el espacio en la cocina pues se instalan debajo de un fregadero convencional. Además, al transformar los desperdicios en pequeñas partículas se reduce hasta en 85% el volumen del material a desechar. Así, el contenido de 10 bolsas de basura puede ser reducido para ocupar solo dos. Asimismo, aumenta la productividad de la cocina y evita que los desechos tengan contacto con otras áreas de la cocina.

Estos sistemas siguen un proceso simple pero efectivo. Los desperdicios son arrojados a través del fregadero, teniendo al agua como vehículo para un recorrido más fluido. Luego pasan a la unidad de procesamiento, donde son triturados y llevados hacia el compartimiento de desfogue. Aquí son compactados para separar el agua, y los residuos sólidos molidos salen hacia un contenedor de desechos finales.

De forma adicional, este método es más amigable con el medio ambiente, pues se evita la acumulación y la descomposición de la materia orgánica, lo que al mismo tiempo reduce los malos olores y la atracción de insectos o roedores. Para conocer más acerca de estos sistemas puedes consultar por las soluciones de InSinkErator.

¿Cómo reducir los desperdicios?

Disminuir la cantidad de desechos que genera una cocina es positivo tanto para la rentabilidad del negocio, como para reducir el impacto ambiental que genera la actividad de este. En las distintas etapas del proceso productivo se pueden aplicar algunas prácticas recomendadas para aprovechar al máximo los recursos y reducir la cantidad de desechos.

Compra de insumos. Para empezar, la gestión administrativa debe encargarse de hacer los pedidos de insumos de acuerdo a la demanda proyectada con la mayor precisión posible.

Rotación en almacenamiento. Seguir siempre el método FIFO (first in first out) o en español PEPS (primero en entrar, primero en salir). Al igual que hacer un estricto control de temperaturas y etiquetado, de manera que los alimentos no lleguen a su fecha de caducidad antes de usarse

Preparación eficiente. Ayuda mucho contar con equipos que aprovechen al máximo las materias primas, como los procesadores o cortadores de vegetales. Asimismo, es recomendable capacitar y motivar al personal de cocina en prácticas de preparación más eficientes.

Además de todos los beneficios mencionados, un tratamiento responsable de los desperdicios es un valor añadido al restaurante que demuestra el compromiso ambiental del proyecto gastronómico.

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Lavar el pollo crudo contamina el área de cocina

Lavar el pollo crudo contamina el área de cocina

Contrario a lo que muchos piensan, lavar el pollo crudo, antes de cocinarlo, eleva las posibilidades de contaminación cruzada en la preparación de alimentos. Si bien es una costumbre bastante extendida en la cocina, se ha demostrado que lavar el pollo, y otras carnes crudas, permite la propagación de bacterias en la cocina.

Es muy probable que desde pequeños hayamos aprendido la costumbre del lavado del pollo antes de ser cocinado, mientras husmeábamos en la cocina. Sin embargo, ya ha sido demostrado hace algunos años que durante el lavado del pollo crudo el agua que cae sobre la carne salpica en gotas, muchas veces invisibles, sobre los elementos cercanos al área de lavado (cubiertos, platos, otros alimentos, entre otros). Esto permite la propagación de gérmenes y bacterias presentes en la carne cruda, como la Salmonella o la Campylobacter, por acción del agua.

El siguiente video muestra el efecto de propagación de bacterias al lavar el pollo crudo:

Al respecto, un reciente estudio realizado por especialistas de la Universidad de Drexel (Philadelphia), demuestra que esta práctica aumenta los riesgos de toxiinfección alimentaria. El estudio concluyó que el 90% de la población lavaba el pollo crudo, motivando una campaña dirigida a todos los cocineros domésticos, con el título  ‘No laves el pollo’. Puedes ver algunos videos informativos en la web de la campaña (en inglés).

Compartimos contigo algunos consejos útiles que debes tomar en cuenta para reducir al máximo los riesgos de la contaminación cruzada producto de la mala manipulación del pollo crudo:

  • No lavar la carne de ave cruda. El agua permite que las bacterias se dispersen por la cocina, ocasionando la forma de contaminación cruzada.
  • Secar el pollo con papel de cocina absorbente antes de cocinarlo.
  • Siempre debemos lavar nuestras manos y utensilios luego que estos tengan contacto con la carne cruda, para evitar que conduzcan las bacterias hacia otros alimentos.
  • Nunca colocar el pollo cocinado en la superficie en la que estuvo antes crudo.
  • Conservar el pollo a unos 4º C en el refrigerador. Conviene congelarlo en un envase hermético si lo conservaremos por más de dos días.
  • Descongelar el pollo congelado dentro del refrigerador, bien protegido para que no entre en contacto con otros alimentos.
  • La carne de pollo debe cocinarse a 75º C, el tiempo necesario para que pierda el color rosado.

En Laboratorio Gastronómico contamos con un staff de profesionales en seguridad alimentaria dispuestos a orientarte y asesorarte a través de nuestro Test Kitchen, en temas de consultoría gastronómica y adecuada implementación de cocinas industriales. Contáctanos.

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